martes, 25 de marzo de 2014

145- LAS DAMAS DE ORIENTE

CRISTINA MORATÓ
La lectura de Las mil y una noches despertó en un buen número de damas británicas, aristocráticas y aventureras, la fascinación por un Oriente de harenes, bazares, caravanas y nómadas beduinos. A comienzos del siglo XIX viajar más allá de El Cairo o Estambul era una peligrosa aventura: el pillaje, los despóticos pachás turcos, las epidemias, las duras travesías por el desierto echaban atrás a los viajeros más curtidos. Este libro recoge las apasionantes vidas de unas mujeres atraídas por el mundo árabe que dejaron su huella en Oriente Próximo: lady Mary Montagu, la primera occidental en acceder al interior de los harenes otomanos; la hermosa lady Jane Digby, que vivió una apasionada historia de amor con un jefe beduino o, ya entrado el siglo XX, otras audaces exploradoras, arqueólogas y espías al servicio del Imperio británico como Gertrude Bell, la incansable Freya Stark y la famosa escritora de novelas policíacas Agatha Christie. 
 Lady Mary Wortley Montagu fue la primera europea que pisó las habitaciones secretas de los harenes del sultán otomano, en el Palacio Topkapi, en 1717; cien años más tarde, Lady Hester Stanhope se instaló como una princesa de cuento en un palacio de las montañas de El Líbano despues de media vida en Oriente, de haber vivido con los beduinos, viajar en sus caravanas y terminar siendo considerada "la reina de los árabes"; Lady Jane Digby a los 46 años, dejando atrás tres matrimonios, seis hijos y abundantes amantes y pasó a llevar una vida romántica y aventurera entre Damasco y las tiendas de los beduinos entre 1853 y 1881; Isabel Burton, la mujer del polígrafo y explorador Richar Burton, quiso seguir esta estela sin salir de su puritanismo británico; viajó con su marido por todo el mundo y a su muerte quemó algunos de sus manuscritos "de pornografía oriental"; Gertrude Bell, que llegó a ser considerada la mujer más poderosa del imperio británico, que entró en el juego de la política colonial y diplomática, y que entre otras cosas ayudó a definir las fronteras de los países de Oriente medio tras la II Guerra Mundial; Freya Stark, amante de la arqueología y de la exploración, que estudió el Corán y comenzó la búsqueda de la fortaleza de la Secta de los Asesinos (o Haschaschin, los fumadores de haschis); la última de la saga es Agatha Christie, la famosa autora de novelas policiacas, que en 1928 y tras un divorcio decidió retomar su antigua afición por la arqueología, y viajó a Irak a las ruinas de Ur de los Caldeos donde conoció al que se convertiría en su marido, con el que compartió una vida de viajes y novelas.                                                               

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