lunes, 22 de octubre de 2018

384- LA PLAYA DE LOS AHOGADOS

DOMINGO VILLAR
Vuelve, en esta segunda y esperada entrega, el detective gallego de Ojos de agua (Siruela, 2006) Leo Caldas. Una mañana, el cadáver de un marinero es arrastrado por la marea hasta la orilla. Si no tuviese las manos atadas a la espalda, Justo Castelo sería otro de los hijos del mar que encontró su tumba entre las aguas mientras faenaba. Pero el océano nunca ha necesitado amarras para matar. Sin testigos ni rastro de le embarcación del fallecido, el lacónico inspector Leo Caldas se sumergirá en el ambiente marinero del pueblo, tratando de esclarecer el crimen entre hombres y mujeres que se resisten a desvelar sus sospechas y que, cuando se decidan a hablar, apuntarán en una dirección demasiado insólita. Un asunto inoportuno para Caldas, que atraviesa días difíciles: Alba ha vuelto a dar señales de vida, el único hermano de su padre está gravemente enfermo y su colaboración en el programa de radio se está volviendo insoportable.

jueves, 11 de octubre de 2018

383- OJOS DE AGUA

DOMINGO VILLAR
Entre el aroma del mar y de los pinos gallegos, en una torre residencial junto a la playa, un joven saxofonista de ojos claros, Luis Reigosa, ha aparecido asesinado con una crueldad que apunta a un crimen pasional. Sin embargo, el músico muerto no mantiene una relación estable y la casa, limpia de huellas, no muestra más que partituras ordenadas en los estantes, saxofones colgados en las paredes y el libro -ya un clásico- de un gran filósofo del siglo XX sobre la mesilla de noche.
Leo Caldas, el solitario inspector de policía que compagina su trabajo en la comisaría con un consultorio radiofónico, se hará cargo de una investigación que le llevará de la bruma del anochecer al humo de las tabernas y
los clubes de jazz. Rafael Estévez, un aragonés para quien las cosas «simplemente son o no son», es su nuevo ayudante. Demasiado impetuoso para una Galicia irónica y ambigua, en la que todo se insinúa pero nada realmente se dice, y para el melancólico Leo, que busca entre sorbos de vino los fantasmas ocultos en los demás, mientras intenta sobrevivir a los suyos.
La verdad termina por aflorar gracias a la labor de la curiosa versión española de Sherlock Holmes y Watson que forman el tándem Caldas-Estévez, en una novela policiaca salpicada de humor, no necesariamente negro, con grandes dosis de suspense en la que los personajes se van componiendo a medida que hablan y actúan, llevándonos a desentrañar el secreto que esconden los Ojos de agua

martes, 9 de octubre de 2018

382- EL CARTEL

DON WINSLOW
En El Cártel, Barrera, rey narco que quiere volver a serlo, pone precio a la cabeza del agente Keller, quien le metió entre rejas no sin pagar un duro coste personal y profesional. Partidario de la legalización de las drogas, Winslow no duda en contar, entre irónico, conspiranoico y cínico, lo que cree que ha ocurrido con El Chapo: “No dudo que hubiera un túnel, pero tengo grandes dudas de que saliera por él. Mi apuesta es que salió por la puerta principal y el túnel sirvió para dejar una pista falsa y salvar la cara a los vigilantes. Estaba en Washington D.C. cuando me enteré de la huida, aunque de huida no tiene nada. Me cuesta más dejar algunos hoteles de lo que le costó a él escaparse de esa cárcel. El Chapo hizo el check out del hotel y pagó la cuenta con el soborno, la intimidación y el chantaje. ¡Téngalo claro! El más importante señor de la droga del mundo se ha paseado por una prisión de máxima seguridad. Dos veces". Regalando un guion para la mejor novela negra, la realidad, de nuevo, toma la delantera a la ficción.
 
 
El cártel es una colosal narración que se mueve entre los áridos escenarios mexicanos y los despachos de los poderosos en Washington, y que se extiende hasta ciudades europeas como Berlín y Barcelona. El absorbente trabajo de documentación de Winslow (libros, prensa, fotos, vídeos, encuentros personales...) le ocupó cinco años, y marcó su vida personal por las implicaciones que acarrea adentrarse en un mundo tan increíblemente violento y corrupto. «E lperiodismo te proporciona los datos, pero la ficción te cuenta la verdad», confesó Don Winslow en una entrevista. Aunque El cártel sea ficción, muchos de los asesinatos, torturas y actuaciones policiales que se describen en el libro

se basan en hechos reales, ocurridos sobre todo entre los años 2000 y 2011.